Anoche, al finalizar las campanadas,
cerramos la última puerta del año que hemos dejado atrás. Otra puerta más de
nuestras vidas que queda cerrada.
Despues
de comer las uvas y brindar con cava de Almendralejo, despues de besarnos y
abrazarnos con nuestros seres queridos presentes y desearnos lo mejor de lo
mejor, la salud, volvemos la vista atrás y cada uno de nosotros oteamos como un
largo pasillo con una sucesión de puertas a ambos lados; puertas que, por lo
inexorable del tiempo, ya no volveremos a traspasar por más que añoremos
lo que hay tras ellas.
Siempre nos han dicho — yo no estoy
de acuerdo — que no debemos mirar hacia atrás que siempre hay que seguir y
tener fe en el futuro. Solo son frases
hechas que se repiten una y otra vez. Lo cierto y verdad es que nuestra existencia está conformada por todos quellos trozos o cachos que hemos ido
dejando atrás a lo largo de nuestro recorrido particular por la vida, unos más
cortos y otros más largos, unos agradables, otros menos y muchos dolorosos.
Cachos y cachitos de nuestra vida a medida que hemos ido cumpliendo años.
En nuestra
persona anida una huella indelebre marcada por la ausencia de algún familiar,
por amores que hace tiempo dejaron de serlo y solo están en el recuerdo, por
amistades que ya no forman parte de nuestra vida. El acervo popular dice que el
tiempo lo cura todo y que ablanda nuestro corazón. Que cuando una puerta se nos
cierra, una ventana se nos abre. Que la experiencia nos confiere sabiduría y
que esta, a su vez, nos hace más
comprensivos, respetuosos, indulgentes y tolerantes.También hay sus
excepciones.
Es bien cierto
que estas fechas dan lugar en algunas personas a vivir momentos tristes con los
consiguientes bajones en su estado de ánimo, pero como decían nuestros
antepasados no hay mal que cien años dure a lo que mi abuelo siempre
contestaba: ni cuerpo que lo resista.
Llegado el decaimiento, nunca debemos dejar paso a la depresión, hay que engancharse
a lo que sea, hemos de encontrar alguna nueva ilusión que nos ofrezca
esperanza.
Si, con el
tiempo los obstáculos que nos presenta la vida
se convierten en barreras que hemos de salvar debemos escuchar la razón
y mantener la mente fría, pero en realidad, casi siempre nos irá mejor si nos
guiamos por el sentimiento, si aplicamos nuestra inteligencia emocional.
Parecerá
pomposo y suntuoso si os digo que es importante
disfrutar de las pequeñas cosas, porque cuando ya no existan o no podamos disfrutarlas
nos daremos cuenta de la grandeza de las mismas, y entonces nos lamentaremos.
Todo es
posible si lo deseamo de corazón. Nada está perdido si somos capaces de superar
los contratiempos. Es bueno rodearse de
personas que compartan nuestras alegrías, nuestras tristezas y contratiempos.
Serán estas las personas que debieramos elegir como compañeros de viaje. Disminuyan
cualquir carga negativa de su mochila.
Cuídense y que este año 2020, recien
estrenado, sea un año de recolectar excelentes cosechas tanto materiales como
espirituales.Tener presente que no hay mejor agricultor que uno mismo siempre
que sembreis lo mejor de vosotros mismos.
Feliz año
2020, queridos paisanos y paisanas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario