Después
de un parón de cerca de 4 meses, sin un motivo especial, y después de sobrevivir
a las distintas olas de calor de este verano pasado, he decidido seguir
publicando en ese blog. Los años pesan, no solo a nivel físico sino a nivel
cognitivo y estoy convencido de que escribir en este y en mi otro blog me
ayudan a mantenerme en forma.
Un estudio elaborado en 2018 por BP España, Castrol y el RACE, evidenció que
un 22% de las personas encuestadas reconoció no conocer el significado de todas
las señales y un 31% afirmó que la señalización no es fácil de entender.
No
identificar rápidamente una señal es uno de los mayores peligros para quien
conduce. Esos segundos que se tardan en entender y reaccionar a su mensaje son
cruciales en la conducción y cualquier duda puede ocasionar un accidente.
La
señalización es el lenguaje de las vías públicas y nos ofrece un marco seguro
para que podamos ir de aquí para allá sin incidentes y sin poner nuestras vidas en
peligro.
Esta señal
está relacionada con la distancia de seguridad. Sí, con eso que algunos
conductores cuando la oyen nombrar se preguntan si se trata de animal, vegetal
o mineral. Es un concepto desconocido para algunos conductores como los llamados
“cagaprisas” o “chuparuedas”. Son esos y esas que piensan que un metro es
distancia más que suficiente para detener su coche, aun cuando circulen a 120
km/h. A tal velocidad se necesitan más de 50 metros para poder detener a la
mayoría de turismos.
Pero no vamos
a entrar aquí en lo que supone el tiempo de reacción y la distancia de frenado,
que, como mínimo, sería lo que deberíamos guardar como distancia de
seguridad. Y más metros cuando las circunstancias de adherencia sean desfavorables.
Al conjunto de señales verticales que tenemos en nuestras
vías viene a sumarse esta otra de color amarillo fluorescente. Completa el significado de otra señal
previa, pintada en el eje central del carril.
Hace más de
diez años que empezamos a ver pintada en la calzada, en algunos tramos de
autopistas, autovías y carreteras, una señal que la denominaron “galón”. Consiste en una marca vial con forma de “V” invertida, con el vértice en el sentido de la circulación y pintada
en el eje del carril. Su objetivo es servir
de referencia para facilitar el cálculo de
la distancia de seguridad que hemos de mantener en tramos con riesgo de colisión
por alcance.
La importancia de esta
precaución es clave para evitar choques y colisiones múltiples por alcance.
Este tipo de accidentes supera el 31 de los siniestros con víctimas.
El número de galones que se deberán respetar va a depender de
la velocidad máxima permitida en cada tramo, de forma que donde se puede
circular a 120 kilómetros por hora la separación mínima será de 100 metros -dos
galones-, y de 85 metros donde se puede transitar a 100 kilómetros por hora.
Dentro de los túneles, la separación entre galones será igual a los 100 metros.
La nueva
señal de color amarillo que especifica la distancia que debemos guardar respecto al coche que
nos precede en número de puntas de flecha. Por supuesto debemos tener en cuenta
si es de día o de noche o de circunstancias como si está lloviendo y hay agua
en la calzada.
Si tan sólo
hay una punta de flecha de distancia entre nuestro coche y el
de delante la situación empieza a ser peligrosa,
por lo cual nos invita a dejar hasta dos puntas de flecha de distancia completa
entre uno y otro vehículo.