miércoles, 6 de marzo de 2019

PUENTE DE GÉNAVE, MI PUEBLO ...Y EL DE MUCHOS OTROS


(I)

“PUENTE DE GÉNAVE, UN MUNICIPIO DEL SIGLO XX” (2010). Así reza el título de un libro que, al menos, todos los puenteños, y cómo no, las puenteñas, debieran haber leido y si aún no lo han hecho, debieran hacerlo ya.

Son varios  sus autores; puenteños, seis  de ellos: Pedro Ruiz, Pablo García, Francisco José Avilés, Domingo Henares, David Avilés, Antonio Yuste, Elena Castellano y su coordinador, Ramón Gallego.

Cada uno ha escrito un interesante capítulo que ayuda  al lector a entender el proceso de evolución que ha experimentado  este bonito pueblo de la Sierra de Segura desde sus orígenes que pudieran remontarse a algunos cientos de años.


Puente de Génave es un pueblo joven y dinámico. Yo diría que el más dinámico de la comarca. La vida de este, mi pueblo, nuestro pueblo, siempre ha estado unida a su carretera, hoy la N-322, y su río, el Guadalimar, cuyas riadas han provocado episodios lamentables, como aquella de 1915 que inundó y hundió seis casas en la Puerta y en Puente de Génave se llevó nada menos que nueve (La Correspondencia de España, 1915). 


Y a la manera que las personas que han venido poblando el pueblo tuvieron y tendrán un destino, predeterminado en buena parte por sus circunstancias  personales, el pueblo también lo ha tenido y lo tendrá y está en manos de quienes lo habitan y lo gobiernan.

Como nos relata Francisco José Avilés Pérez, coautor del capitulo III, “Un puente, un pueblo”,  del susodicho libro, se dieron circunstancias, en tiempo y lugar, que cambiaron el destino de aquella que fue una cortijada más de La puerta.

Circunstancias que de no haber ocurrido posiblemente, la primigenia cortijada de Puente de Génave,  se hubiera quedado tal como era y hoy, quizás,  se estaría vadeando el Guadalimar por el Puente Viejo o por la senda de las moreas, o quizá a la altura de la Cuesta el Madroño. Pero eso ya no lo sabremos nunca. 

Esas circunstancias a las que alude Avilés Pérez son básicamente dos: una, el proyecto de construcción de la carretera de Albacete a Jaén por Alcaráz, Villacarrillo y Úbeda en 1869, su trazado y su posterior construcción; y otra sería el lugar elegido para levantar el puente por el que la carretera cruzaría el rio Guadalimar. Yo añadiría alguna otra circunstancia más y posteriores a la construcción de la carretera y el puente nuevo: la construcción de la  via Baeza-Utiel, en especial los dos primeros tramos o secciones y el aserradero de la RENFE en la cuesta de la Vicaría.

Pero veamos cronológicamente algunos de los hechos referenciado a nuestro pueblo, su carretera y su puente, y los años en los que se empieza a mencionar a nuestra comarca, latitudes próximas a ella y a nuestro pueblo.

En 1860, en el mes de septiembre, el Rey rubrica un Real Decreto de artículo único  por el que se aprueba el plan general de carreteras para España de conformidad con el dictamen de la Junta Consultiva de Caminos,  Canales y Puertos. En este aprobado Plan General, en la relación, por provincias, de las carreteras que formaban el plan para la península  aparece  reflejada la de “Úbeda a Albacete” por Villacarrillo y Alcaráz,  como carretera de primer orden y que obviamente sería la que pasaría por Puente de Génave.

Al mencionar la provincia de Jaén aparece la misma, pero en este caso dice: “Loma de Úbeda a Albacete” por Villacarrillo y Alcaráz”. También se menciona la de “Beas a Segura de la Sierra”, pero como carretera de tercer orden.
En 1866 se termina la carretera a Jaén, que, por cierto, cortó y destruyó el Paseo de San Sebastián de Albacete.

En el año 1871, primer año de la existencia de los Registros Civiles de la Puerta de Segura, municipio al que pertenecían estas tierras, sólo aparecen inscritos cuatro nacimientos en el lugar de Puente de Génave, de un total de cien nacidos en el término municipal de la Puerta. Esta circunstancia nos da idea de la escasa entidad de este asentamiento (Avilés Francisco, 2010). Era Puente de Génave entonces una pequeña cortijada a orillas del rio Guadalimar, pero con tres molinos harineros.

Unos años más tarde, en 1875, en el Boletín de la Sociedad Geográfica, en una información de las altitudes sobre el nivel medio del mar con relación al puerto de Alicante, así como las distancias a este de los principales puntos de la línea, se cita dos veces a Puente de Génave con especificación del sitio donde están colocadas las señales y con indicación de distancia y altitud:
-     “Puente de Génave, en una roca, junto al pretil E. del puente”. Distancia en kilómetros, 304’022 y altitud en metros, 540’835.
-     “Puente de Génave, molino de D. Clemente Bono”. Distancia 304’333 y altitud, 548’684.

Supongo que el puente al que se refiere el Boletín sería el puente viejo ya que el nuevo se empezó a construir años después. En cuanto a la señal del molino tiene más visos de que estuviera en el molino de Anica, construido en el siglo XVIII , que en el que había junto al puente viejo, cuya entrada al mismo la tenía por la calle San Isidro.  Hay una distancia de 0’312 km de uno a otro punto, distancia que no la hay del puente viejo al molino de Génave.

Curiosamente en Génave había dos señales indicadoras, de distancia y altitud. Una en una piedra, frente a la ermita de la Virgen del Campo y otra en la Iglesia parroquial; ésta indicaba 292’497 de distancia y una altitud de 813’534.

En 1877, hay un dato escalofriante contemplado desde la España del siglo XXI: el 89,49 % de la gente, que vivía en el término municipal de La Puerta, en el que estaba incluido el término municipal del que hoy es Puente de Génave, no sabían leer ni escribir. Nuestra comarca era de las más retrasadas y paupérrimas de aquella España.







En 1883, el estado de las obras de fábrica comprendidas en la carretera de Albacete a Jaén por Alcaráz, Villacarrillo, Úbeda y Baeza era el siguiente:

-     Construidas en la provincia de  de Albacete: pontones, 3; alcantarillas, 35; tajeas (Puente pequeño en un camino, hecho para que por debajo de él pasen las aguas o una via de comunicación poco importante), 136; casillas de peones camineros (ya desaparecidas), 11.
-     Construidas en la provincia de Jaén: pontones, 4; alcantarillas,45; tajeas,110; casillas de peones camineros, 9.


En el año 1884, se publicaba en la Revista de Obras Públicas la siguiente información:

“Estado núm. 3.- Se relacionan en este estado los puentes construidos, en construcción, en proyecto ó sin estudiar.
En construcción se hallan tres, dos de ellos de fábrica en la
carretera del puente de Génave al límite de la provincia de Albacete por La Puerta, Orcera, Benatae y Siles, sobre los ríos Guadalimar y Trujala” (…).

 En 1889, año en que  se terminó la construcción del Puente Nuevo, se habían construido 210,427 km de carretera. En la provincia de Albacete, 79,412 km y en la de Jaén, 131,704. En construcción quedaban 47,808 km; 30,104 en la de Albacete y 17,704 en la de Jaén.

Si importante fue la construcción de la carretera para el desarrollo de este joven municipio, mayor importancia la tuvo la construcción del puente, al que sus habitantes empezaron a llamarle el “Puente Nuevo”, para diferenciarlo del otro, el “Puente Viejo” que ya existía de la época en que los romanos estuvieron por nuestra comarca.


Se había barajado, para la carretera, un trazado diferente al que tiene hoy. Viniendo del rio de Beas y antes de llegar a Paules  se cruzaría el río y el trazado de la carretera sería  por las inmediaciones de El Palomo, Verjaga, Los Pesebres y Las Tiesas. 

Afortunadamente hubo dos razones, una porque la construcción del puente sobre el Guadalimar por esta zona era más costosa y otra, por la mala calidad de las tierras de la ladera norte del cerro Salfarath (Avilés, Francisco José, 2010).

Construida la carretera con el trazado que tiene actualmente, y el puente en el lugar donde estaba aquella cortijada, nuestro pequeño pueblo empezó a crecer. Aunque con sus altibajos no ha dejado de hacerlo hasta ahora. Unos, nos tuvimos que marchar, pero otros llegaron para quedarse. 

Aquella tranquila aldea de agricultores, jornaleros, molineros, talabarteros, arrieros y posaderos en la que ya se había convertido Puente de Génave empezó a crecer. Se estaba haciendo una gran obra y se necesitaba numerosa mano de obra.

Llegan gente con distintos oficios: picapedreros, canteros,  carreteros, arrieros, muleros, herreros, talabarteros, carpinteros, albañiles,  y todo aquel que buscaba trabajo. Unos llegaron solos y otros con su familia. Unos se marcharon cuando se acabó la obra y otros buscaron acomodo y echaron raíces en aquella pequeña comunidad. ”De hecho en 1900 se inscriben ya treinta nacimientos en Puente de Génave” (Pablo Garcia, 2010). 




En 1924, curiosamente en el periódico el HERALDO ALAVES, aparece como noticia una instancia de “varios vecinos de El Puente de Génave  (Jaén) firmada en primer término por don Ramón Avilés, que solicitan sea nombrado para aquella Escuela  don Juan Campillo Avilés”.


(Continuará)

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