domingo, 20 de diciembre de 2020

¿HE DE LLEVAR EL RECIBO DEL SEGURO EN EL COCHE?

 

Todos los que tenemos coche, también tenemos la obligación de suscribir, es decir, contratar un seguro que bien puede ser a terceros, y que podemos ir ampliando las coberturas hasta llegar a lo que conocemos “a  todo riesgo”.

Hace unos años, junto con la documentación del coche — Permiso de Circulación y Ficha Tecnica —, llevábamos la póliza del Seguro y el recibo de haberlo pagado. Todo muy juntito lo portábamos en la guantera del vehículo por si nos paraba la Guardia Civil y nos requería la documentación del vehículo o por si teníamos algún percance y había que hacer un parte. Era obligación no solo acreditar nuestra identidad y la del vehículo sino que también era obligado acreditar que disponíamos del  seguro y que  estaba en vigor, es decir pagado. En caso de no tenerlo o no haberlo renovado en fecha, la sanción era inapelable.



Para asegurarse de que todos los coches cumplen con esta obligación, en 1996 se puso en marcha el Fichero FIVA, siglas de Fichero Informativo de Vehículos Asegurados. El Consorcio de Compensaciones de Seguros es el encargado de gestionar este fichero, que tiene una doble finalidad: además de asegurarse de que se cumple con los seguros obligatorios, ofrece información a los accidentados. Otra ventaja del fichero es que los agentes que nos paren pueden consultar el susodicho fichero y saber si nuestro seguro está en vigor.

 En consecuencia desde que existe este fichero, podemos contestar que “no”  a la pregunta que encabeza  este escrito. Pe las nuevas tecnologías también fallan y si los agentes de tráfico, por la razón que sea, no pueden acceder al Registro de Vehículos Asegurados, te  solicitarán el documento y si no lo llevas, no te multarsan, pero sí debes demostrar a posteriori, y con las consabidas molestias que acarrean estos trámites, que el seguro del vehículo estaba contratado y pagado. Es decir, si llevamos este documento en la guantera, nos ahorraremos los farragosos  trámites administrativos. Y si te sucede, y por lo que fuere, en los cinco días que dan de plazo no lo solucionas, te sancionarán  de acuerdo a lo establecido en el Reglamento del Seguro Obligatorio de Responsabilidad Civil.

La sanción por no tener contratado y pagado el Seguro Obligatorio oscila entre los 600 y los 3000 euros. No lo olvides.

 


jueves, 3 de diciembre de 2020

VELOCIDAD…LA CORRECTA

 No hace mucho tiempo que he leído un artículo publicado en 1914 en La Vanguardia. Su título: ¡Esos automóviles!. Creo que el título debería haber sido, ¡Esos automovilistas!

 Aunque en aquellos años eran pocos los automóviles que circulaban por las calles de cualquier ciudad, los que había circulaban a su antojo por la falta de normativa.

Sólo transcribiré algunos párrafos del susodicho artículo que nos darán una idea de lo que era la circulación y la velocidad  en aquellos años comparada con la de nuestra época.

Lo que los automóviles llaman marcha moderada, es realmente todavía muy excesiva para sitios habitados, y la única que se les debiera permitir es aquella que les permita parar a tiempo para no atropellar, en ningún caso, al infeliz que tenga la  mala ocurrencia de ponérseles delante. ¡O es que los ciudadanos tenemos la obligación de no pensar más que en los automóviles!

 

En una palabra, para terminar, los legisladores, a fin de desarraigar el mal existente y evitar en lo sucesivo otros mucho mayores, que vendrán, si no se pone el remedio a tiempo, deberían orientarse, para legislar, hacia un criterio por el cual el automovilista, por su propio interés, se viese obligado a evitar los accidentes a  todo trance, viéndose encerrado en el dilema de ir más despacio o ser arruinado a fuerza de multas e indemnizaciones

verdaderamente importantes. Ese sería, a mi ver, el único remedio eficaz.

 

El límite de velocidad por aquel entonces era de 28 kilómetros por hora pero sólo si era en terreno llano y despoblado. En las travesías de los pueblos se reducirá, por regla general, al máximo de 12 kilómetros por hora.

 

La mayoría de los conductores recordamos, de nuestro paso por la autoescuela, algunas velocidades máximas como los 50 km/h en poblado (pronto será a 30 km/h)  o los 120 km/h en autopista. Sin embargo, en ocasiones, dudamos sobre la velocidad permitida, especialmente cuando no vemos señal alguna. ¿Cómo saber entonces a qué velocidad máxima podemos circular?

El Reglamento de Tráfico, en su artículo 48, recoge dos tipos de velocidades máximas:

·  la velocidad máxima genérica, dada por la vía y sus características, así como por el tipo de vehículo. No tiene por qué ir señalizada;

·  la velocidad específica máxima, siempre señalizada, no depende del tipo de vehículo ni del tipo de vía.

¿A qué velocidad puedo circular por una carretera convencional en la que no hay señal de limitación de velocidad? En este gráfico tiene la respuesta:



Se ha de tener en cuenta que la última reforma suprime la posibilidad de que turismos y motocicletas puedan rebasar en 20 km/h los límites de velocidad en las carreteras convencionales cuando adelanten a otros vehículos. 



Aparte del riesgo físico que conlleva el conducir a velocidad excesiva, he aquí otros que nos pueden, cuando menos, amargar el día y menguar nuestra economía.


En 1900 se aprobó el “Reglamento para el Servicio de Coches Automóviles por las Carreteras del Estado”. Fue el 17 de septiembre. Se puede decir que se considera como nuestra primera norma general dictada para regular el fenómeno del tráfico. El susodicho Reglamento limitaba la velocidad de circulación a 28 Km/h en carretera y 15 km/h en ciudad. De entonces acá, las autoridades no han dejado de legislar sobre los límites de velocidad, y muchos conductores de todas las generaciones no han  desistido de sobrepasar cualquier límite que le han impuesto y así hemos tenido el número de accidentes cuya causa principal ha sido el exceso de velocidad.


lunes, 23 de noviembre de 2020

¡OJO CON EL MÓVIL, TE PUEDE COSTAR CARO!

 En este mes de noviembre el Gobierno  ha aprobado un paquete de reformas legales que, en su conjunto, modifican de manera sustancial la legislación en materia de tráfico y circulación.

 El objetivo de estos cambios legislativos es generar un nuevo modelo de seguridad vial alineado con la política de la Unión Europea y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para reducir, durante la próxima década, un 50 por ciento el número de fallecidos y heridos graves en accidentes de tráfico.

 El año pasado perdieron la vida en accidentes de tráfico 1.755 personas, según la Dirección General de Tráfico. Esta cifra incluye las personas fallecidas en vías interurbanas y urbanas durante los 30 días posteriores a la ocurrencia del accidente.


Las modificaciones afectan al Reglamento General de vehículos,  al de Circulación y  al de Conductores. Su objetivo inmediato es aumentar los comportamientos seguros al volante para lo que incluye, entre otras, las siguientes medidas:

  La reforma suprime la posibilidad de que turismos y motocicletas puedan rebasar en 20 km/h los límites de velocidad en las carreteras convencionales cuando adelanten a otros vehículos. La supresión de esta medida, que ya había sido eliminada en el resto de países de la Unión Europea, refuerza el mensaje de que la maniobra de adelantamiento conlleva un riesgo de colisión frontal.

  Modifica la velocidad en las ciudades: 30 km/h en vías de un único carril por sentido de circulación, 50 km/h en vías de 2 o más carriles por sentido, y 20km/h en vías que dispongan de plataforma única de calzada.

 Estos límites no se aplicarán hasta pasados seis meses de la publicación de este proyecto en el Boletín Oficial del Estado, para que los ciudadanos los conozcan de forma adecuada y para que las administraciones públicas dispongan de un plazo suficiente para adaptar la señalización.


En todo lo relacionado con el permiso y la licencia de conducción por puntos eleva de 3 a 6 los que se restarán por conducir sujetando con la mano un móvil y de 3 a 4 no hacer uso del cinturón de seguridad, casco o sistema de retención infantil.

  Introduce la posibilidad de recuperar 2 puntos del carné por la realización de los cursos de conducción segura certificados por la Dirección General de Tráfico. Una orden ministerial desarrollará los requisitos necesarios y las condiciones que deben cumplir.

 

La reforma unifica en dos años el plazo que habrá de transcurrir sin cometer infracciones para recuperar el saldo inicial de puntos, periodo que ahora varía  en función de la gravedad de la infracción cometida.

  Eleva de tres a cuatro los puntos que se detraen por no utilizar el cinturón de seguridad, los sistemas de retención infantil, el casco y otros elementos de protección. Además, incorpora  explícitamente como causa de sanción el mal uso de estos elementos (por ejemplo, llevar el casco de protección o el cinturón de seguridad sin abrochar) porque las consecuencias negativas para la seguridad del conductor son las mismas.

  Tipifica como infracción grave “llevar en el vehículo” mecanismos de detección de radares o cinemómetros, lo que supondrá la sanción de 200 euros y la pérdida de tres puntos. En la actualidad solo está sancionado el uso de dichos dispositivos durante la conducción, pero la experiencia ha demostrado que, ante un control vial, los conductores los desactivan para impedir que los agentes de Tráfico puedan acreditar su utilización, por lo que una vez aprobada la reforma se sancionará su mera tenencia.


  Define los vehículos de movilidad personal como:

 * Vehículos de una o más ruedas dotados de una única plaza y propulsados exclusivamente por motores eléctricos que pueden proporcionar al vehículo una velocidad máxima comprendida entre 6 y 25 km/h (patinetes). Esta definición, que excluye a los vehículos para personas con movilidad reducida, conlleva que queda prohibida su circulación por las aceras y por las zonas peatonales.

 * Tendrán que cumplir las normas de circulación como el resto de vehículos y prohíbe su circulación por vías interurbanas, travesías, túneles urbanos y autovías y/o autopistas que transcurran dentro de poblado y deberán disponer de un certificado de circulación  (Este certificado será de aplicación a los veinticuatro meses de la publicación del manual de características de los vehículos de movilidad personal en el “Boletín Oficial del Estado).

Define los vehículos de movilidad personal como:

 * Vehículos de una o más ruedas dotados de una única plaza y propulsados exclusivamente por motores eléctricos que pueden proporcionar al vehículo una velocidad máxima comprendida entre 6 y 25 km/h (patinetes).

 Esta definición, que excluye a los vehículos para personas con movilidad reducida, conlleva que queda prohibida su circulación por las aceras y por las zonas peatonales.

 * Tendrán que cumplir las normas de circulación como el resto de vehículos y prohíbe su circulación por vías interurbanas, travesías, túneles urbanos y autovías y/o autopistas que transcurran dentro de poblado y deberán disponer de un certificado de circulación  (Este certificado será de aplicación a los veinticuatro meses de la publicación del manual de características de los vehículos de movilidad personal en el “Boletín Oficial del Estado).


Incluye una nueva infracción muy grave, cometer fraude en los exámenes de conducir utilizando dispositivos de intercomunicación no autorizados. La sanción será de 500 euros y penalización de 6 meses sin poder presentarse al examen.





 






lunes, 9 de noviembre de 2020

NUESTROS DIFUNTOS

 

El pasado 2 de noviembre fue día de los fieles difuntos y rendimos homenaje a nuestros muertos. Unos desde la cercanía, visitando  sus tumbas. Otros, desde la distancia, teniendo un recuerdo para ellos y quizá una plegaria. Pero unos y otros rindiendo un sentido homenaje a su memoria y a su paso por esta vida. 

Todos tenemos nuestros muertos. Me cuesta creer que, al menos estos días, pueda haber gente que no tenga un breve recuerdo para los suyos.


Para los católicos, esta festividad  tiene su base en la creencia de una vida eterna. Noviembre se convierte en el mes de las ánimas, período propicio para rezar por la de los allegados que se fueron, y reflexionar sobre el dogma cristiano de la resurrección de los muertos. Para los no creyentes, visitar los cementerios y llevar flores a su tumba. Y para el resto, celebrar Halloween, esa absurda fiesta importada que nada tiene que ver con nuestra cultura.


En estas fechas no puedo por menos que  acordarme de dos insignes poetas: uno más próximo en el tiempo, D. Antonio Machado, siglo XX, andaluz y sevillano, y otro, más próximo en el espacio, D. Jorge Manrique, serrano de Segura de la Sierra.

D. Antonio Machado, parafraseando al gran filósofo griego Epicuro, nos dejó dicho: La muerte es algo que no debemos temer, porque, mientras somos,  la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos.

“Daba el reloj las doce” es uno de los poemas de Machado. La muerte es el tema principal, y el paso del tiempo, el subordinado.

No habrá un momento de encuentro entre una persona y su muerte, ambos se esquivan como si estuvieran jugando al escondite.

Daba el reloj las doce… y eran doce
golpes de azada en tierra… 
- ¡Mi hora! ...-grité. El silencio
me respondió:-No temas;
tú no verás caer la última gota
que en la clepsidra tiembla…

El paso del tiempo es uno de los temas de este poema, aunque supeditado al tema principal, el de la muerte. El poeta presiente su proximidad y la conciencia de su llegada es tan estentórea  y clara que provoca que las campanadas del reloj se convierten en redoble funeral.


Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

 En cuanto a Jorge Manrique, mi admirado poeta desde que en el bachillerato elemental estudié aquella asignatura llamada “Lengua y Literatura”. Por aquellos años yo creía que era palentino. Mis libros y mis profesores así lo decían, pero gracias a otros insignes serranos, hoy sabemos que es de ese bonito pueblo que es Segura de la Sierra.



Aprendí de memoria algunas estrofas de su poema Coplas a la muerte de su padre. Son versos  para reflexionar sobre la caducidad del tiempo, lo fugaz y fragilidad de la materia, y el recuerdo de su padre muerto. En este memorable poema, Jorge Manrique nos invita a que  el recuerdo de quienes nos quisieron perdure en nosotros. Alguien ha dicho que la memoria de los vivos prolonga la vida de los muertos.

Recuerde el alma dormida,

avive el seso y despierte

contemplando

cómo se pasa la vida,

cómo se viene la muerte

tan callando,

cuán presto se va el placer,

cómo, después de acordado,

da dolor;

cómo, a nuestro parecer,

cualquiera tiempo pasado

fue mejor.

La obra plantea la vida como un camino o un río que avanza con el paso inexorable del tiempo. Habla de la existencia mediante la vida, la fama y la eternidad. Son coplas de reflexión muy adecuadas a estos días pasados de difuntos. Habla de lo rápido que pasa todo aquello que consideramos bueno, y que antes de que te des cuenta, has llegado a la vejez, y  ya solo queda esperar la muerte.

 

Nuestras vidas son los ríos

que van a dar en la mar,

que es el morir;

allí van los señoríos

derechos a se acabar y consumir;

allí los ríos caudales,

allí los otros medianos

y más chicos,

y llegados, son iguales

los que viven por sus manos

y los ricos.

 

En este prodigio de las letras del siglo XV, nuestro ilustre segureño nos invita a reflexionar, además de lo fugaz de esta vida, sobre una segunda vida. Su madre, como buena cristiana, educó a su hijo  en la creencia de otra después de muerto.

Esa otra vida que vivimos tras la terrenal y de la que nos habla el poeta segureño, consiste en perdurar el recuerdo de aquellos que nos quisieron. Alguien ha dicho que la memoria de los vivos prolonga la vida de los muertos.

En estos días de difuntos, y a pesar de la pandemia, los cementerios han estado concurridos. Las tumbas se han visto adornadas con los colores  y el verdor de las plantas. Las familias han hablado en silencio con sus seres queridos y algunos hasta se  hayan parado ante la tumba de algún vecino o hayan depositado alguna flor ante la lápida de algún nicho con apariencia de abandono, o hayan  hecho un recorrido leyendo epitafios que los hay con mucha enjundia. No son otra cosa que actos con la intención de humanizar la muerte, de acercarnos a los que se fueron, de hacerles saber que los hemos querido y que les reservamos un rinconcito en nuestras vidas.






Por estas fechas, recuerdo además de mis dos poeta favoritos, el toque de ánimas  o de difuntos que tenía lugar en en nuestro pueblo en la noche del 1 al 2 de noviembre. Más de un año,  los monaguillos y otros que no lo eran pasábamos la noche entera tocando a difuntos. Del toque de ánimas como se le llamaba aquel doblar de campanas y de las visitas al camposanto hemos pasado a Halloween. Y poco a poco vamos olvidando nuestra tradición.La noche de los difuntos no es un festival de disfraces, al cual más absurdo. Y tampoco es un maratón de devorar golosinas. Es, sencillamente, una fiesta para honrar a nuestros muertos.

 







miércoles, 28 de octubre de 2020

LA MUJER AL VOLANTE


 Así pensaba yo sobre la mujer al volante hace nada más y nada menos que 35 años.

El 16 de octubre, publiqué,  en este blog, un artículo con el siguiente título: ¿ES LA MUJER MÁS INTELIGENTE EMOCIONALMENTE QUE EL HOMBRE DURANTE LA CONDUCCIÓN?

Hacía alusión en el mismo a un test validado muy recientemente, por el grupo de investigación Qualiker de la UPV/EHU, en colaboración con la Dirección de Tráfico del Gobierno Vasco. Han desarrollado una escala para medir la inteligencia emocional de los jóvenes durante la conducción. Una vez desarrollado el test, éste ha sido validado con cerca de 600 jóvenes.




Desde la perspectiva de género, sus autores han manifestado: “demostramos que en esta franja de edad las mujeres tienen una mayor inteligencia emocional que los hombres. Y eso tiene una aportación interesante porque sólo en los hombres se ha encontrado que la primera causa de muerte sea la de los accidentes, pero no en las mujeres. Las mujeres muestran una conducta media mucho más alta y una puntuación más alta de inteligencias emocional en EMOVIAL”.

También hacía alusión a otros estudios anteriores que iban en la misma dirección.

Al día siguiente de haber publicado estas consideraciones me acordé que el prestigioso periódico de Barcelona, La Vanguardia, del día 16/11/1985, en su sección de cartas al director, publicó una mía con el título de la “Mujer al volante”.



Las reflexiones que un servidor hacía en aquella carta, hace 35 años, apuntaban a las conclusiones que se extraen de estos últimos estudios.














viernes, 16 de octubre de 2020

LAS MUJERES SE COMPORTAN CON MÁS INTELIGENCIA EMOCIONAL QUE LOS HOMBRES DURANTE A LA CONDUCCIÓN

 En términos generales y según estudios realizados últimamente, las conductoras españolas  son más inteligentes emocionalmente que los hombres. Forman parte, cuando están al volante, del grupo de riesgo bajo. Se ven menos implicadas en accidentes de tráfico y reciben menos multas que los conductores.

 Es sabido que la probabilidad de tener un accidente vial se incrementa por las llamadas conductas de riesgo. Una de estas conductas,  que se olvida con frecuencia, es la falta de control de nuestras propias emociones. Las emociones juegan un papel importante en el comportamiento de los conductores/as.

La inteligencia emocional y la seguridad vial son dos elementos que acompañan unidos a los conductores y conductoras. Dicen los estudios que a mayor inteligencia emocional, más seguridad vial.

En la mayoría de las ocasiones no somos conscientes de cómo influyen las emociones en nuestra forma de conducir. Ser consciente de que las emociones afectan a nuestro modo de conduccir es imprescindible para evitar accidentes de tráfico.

Se puede  afirmar que las emociones son importantes desde el punto de vista de la conducta, sobre todo en aquella que tiene que ver con procesos de toma de decisiones.

Conducir es una actividad psicomotora compleja, en la que se toman muchas decisiones por minuto, y para que sean seguras debemos ser conductores y conductoras emocionalmente inteligentes.

La gestión adecuada de nuestras conductas es lo que se llama inteligencia emocional, término que se ha popularizado en distintos campos durante estos últimos años.

Ha sido el psicólogo conductual estadounidense Daniel Goleman quien popularizó el término a partir de la publicación de su libro Emotional intelligence (Inteligencia emocional, 1995).

Goleman (1995) define la inteligencia emocional como: “la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones”. 


La inteligencia emocional consiste en una serie de habilidades que pueden ser adquiridas y aumentadas con la práctica constante, es decir, pueden ser trabajadas y mejoradas para evitarnos riesgos y consecuencias fatales. La formación de los pre-conductores/as en la autoescuela brinda una excelente ocasión para trabajar y desarrollar la inteligencia emocional. Identificar las propias emociones y regularlas de forma apropiada nos hace mejores conductores/as.

Se podría decir que la inteligencia emocional es esa parte de la inteligencia que no tiene parámetros de medición. Va más allá de las habilidades cognitivas y del coeficiente intelectual, y nos brinda más o menos seguridad, según sea nuestra capacidad de gestión. En otras palabras, la inteligencia emocional nos avisa si lo mejor es reaccionar visceralmente o detenernos y no actuar por impulso.

Aristóteles nos dejó dicho: Cualquiera puede enfadarse, eso es fácil, pero enfadarse con la persona adecuada, al nivel adecuado, en el momento adecuado, por el motivo adecuado y de la manera adecuada, no es tan fácil.

Nos dicen que la inteligencia o coeficiente intelectual parece que predice el 20% de los factores determinantes de éxito; el 80% restante parece que depende en gran medida de la Inteligencia Emocional.

Nuestras decisiones están inducidas y reforzadas por nuestras emociones y nuestras creencias.

Un día, por ejemplo, mientras estás conduciendo reprogramas tu GPS o decides utilizar el móvil para llamar a tu casa y mantienes una conversación durante unos minutos. Has visto que ni en un caso ni en otro ha pasado nada. Lo seguirás haciendo hasta  que llegue el día en que tengas un accidente. A partir de aquí, tus creencias ya no serán las mismas.


El estudio sobre emociones, decisiones y conducción realizado por Prevensis y galardonado con el Premio Seguridad Vial  por la patronal del seguro Unespa (2009-2010), avisa de que, a veces, no somos capaces de controlar nuestras emociones durante la conducción y que sólo siete de cada cien conductores mantienen un control emocional correcto y equilibrado al volante.

Las emociones son la parte más instintiva y primitiva de nosotros. Son respuestas automáticas de nuestro cerebro emocional que guían nuestro comportamiento sin que, en la mayoría de los casos, seamos  conscientes de ello.

 

En la vida cotidiana, una decisión excesivamente emocional puede tener graves consecuencias (el pique entre conductores por un adelantamiento u otra circunstancia cualquiera). Conduciendo nuestro automóvil constantemente estamos tomando decisiones que, en ocasiones,  pueden marcar nuestra vida y la de otros para siempre.

 

Según los resultados del estudio citado, un 71.9% de los conductores tienen un bajo control emocional y en el 16.8% es nulo. Sus oscilaciones entre los diferentes estados emocionales les hacen vulnerables ante situaciones que pueden desembocar en accidente.

 

Es archisabido  que el factor humano influye de forma importante en las muertes por accidentes de carretera, sobre todo entre los jóvenes. Las estadísticas nos dicen que nueve de cada diez son consecuencia de comportamientos inadecuados o distracciones. Sin embargo, hasta el momento no hay muchas investigaciones encaminadas a  conocer hasta qué punto las capacidades emocionales pueden afectar a los accidentes de tráfico.

Muy recientemente, el grupo de investigación Qualiker de la UPV/EHU, en colaboración con la Dirección de Tráfico del Gobierno Vasco han desarrollado una escala para medir la inteligencia emocional de los jóvenes durante la conducción. Una vez desarrollado el test, éste ha sido validado con cerca de 600 jóvenes,

 

El test servirá para medir la capacidad del conductor/a para    prestar atención a las emociones, comprenderlas y gestionarlas, con la intención de mejorar la seguridad vial.

 El cuestionario EMOVIAL, como le han llamado, mide la inteligencia emocional de las perwonas en tres dimensiones: la atención que se presta a las emociones durante la conducción, la comprensión de las emociones que se sienten durante la conducción y, muy especialmente, la regulación de las emociones durante la conducción para que no lleguen a ser nocivas y peligrosas.

Según sus autores, las  conclusiones extraídas de la investigación han puesto de manifiesto que las personas con alta inteligencia emocional se ven menos expuestas a la vida en general.  Además, “las personas que obtuvieron una puntuación alta  mostraban más empatía con los peatones y ciclistas”. 




Desde la perspectiva de género, han manifestado: “demostramos que en esta franja de edad las mujeres tienen una mayor inteligencia emocional que los hombres. Y eso tiene una aportación interesante porque sólo en los hombres se ha encontrado que la primera causa de muerte sea la de los accidentes, pero no en las mujeres. Las mujeres muestran una conducta media mucho más alta y una puntuación más alta de inteligencia emocional en EMOVIAL”









 




adecuadamente las relaciones”.

sábado, 3 de octubre de 2020

NUEVA SEÑAL PARA MOTORISTAS

 

La DGT ha empezado a colocar una nueva señal que alerta a los motoristas de un tramo peligroso. Advierte de la vigilancia mediante helicópteros y drones. Además advierte del número de víctimas mortales en ese tramo concreto.



El objetivo principal de esta nueva señal es advertir a los motoristas de la necesidad de extremar la precaución cuando circulen por los tramos señalados. Son tramos peligrosos de una longitud aproximada de dos kilómetros. Estos tramos han sido seleccionados teniendo en cuenta la sinuosidad y el número de accidentes registrados.

 

La señal estará ubicada al comienzo del tramo peligroso y su panel informará del número de motoristas accidentados en los últimos cinco años, tanto fallecidos como heridos. Cada año se realizará el recuento de las víctimas de cada tramo y se actualizarán los datos indicados.

"En la carretera no se pueden realizar comportamientos peligrosos, quien quiera correr, que vaya a de contundente un circuito que es el lugar preparado expresamente para ello". Así de contundente se ha manifestado el cuatro veces campeón del mundo en motociclismo, Jorge Martínez Aspar, presente en la presentación de la nueva señal.

Para la DGT, identificar los tramos de riesgo para motoristas y su posterior señalización es consecuencia de las cifras de accidentalidad de estos usuarios de las dos ruedas. Las siguientes cifras justifican su implementación:

 · En el año 2019 se registraron 466 motociclistas fallecidos. 45 más que el año anterior (+11%).

 · En España hay un parque de 5,5 millones de motos y ciclomotores., lo que suponen el 19% del parque de vehículos, mientras que los motociclistas son el 27% de fallecidos por accidente de tráfico. Más de uno de cada cuatro fallecidos por accidente de tráfico iba en moto.

 · Desde el año 2014, en que fallecieron 340 motoristas, ha habido un crecimiento continuo.

 · El 76% de los motoristas fallecidos en carretera han sido vías secundarias (220 motoristas fallecidos).

 Las características de estos accidentes de motoristas en carreteras convencionales son:

 

· El 63% de los fallecidos fueron en un accidente ocurrido en fin de semana (138 fallecidos).

 · El 47% de los fallecidos (104 personas) fueron por salida de la vía, siendo ésta la causa más frecuente.

 · El 21% de los fallecidos fueron por choque frontal con 47 fallecidos.

 · Más de la mitad de los fallecidos en convencional (153), conducían motos de alta cilindrada, más de 500 cc.

 · 125 fallecidos tenían una antigüedad del permiso de 10 años o más.

 · 124 fallecidos conducían una motocicleta de 10 años o más.

 · La franja de edad que concentra más fallecidos es entre 35 y 44 años con 60 fallecidos.

 

(Fuente: DGT)